A estas alturas de campaña electoral, "todo el pescado está vendido".
A nivel del Estado el PSOE obtendrá más votos y escaños que el PP.
En la provincia de Ciudad Real sin embargo es muy probable que venza el PP: en 2004, con toda la reacción a los atentados del 11 de marzo y su posterior gestión por el gobierno del Partido Popular, el PSOE sólo venció por 5.000 votos de diferencia de un total de más de 300.000 votos en esta circunscripción.
Desde que configuró su lista al Congreso por Ciudad Real, el PSOE ha entregado el tercer diputado al Partido Popular, pues la candidata número tres, con todos los respetos hacia ella y su legitimidad, proviene de una asamblea, la de Tomelloso, que ha perdido la credibilidad desde hace unos años por culpa de los compromisos incumplidos por su partido y sus portavoces a nivel estatal, regional y provincial contraria a las aspiraciones de esta comarca.
Es, por tanto, el momento del voto fiel de cada persona a la formación política por la que se sienta representada. No es el momento del voto del miedo. El voto "útil" al PSOE ya es inútil en la circunscripción de Ciudad Real, e incluso sus propios votantes deberían replanteárselo hacia Izquierda Unida si no quieren que el tercer escaño lo obtenga la derecha. El voto fiel a Izquierda Unida es necesario para que esta fuerza política tenga la autonomía suficiente que da disponer de grupo parlamentario, lo que se consigue con el 5% de los votos a nivel de todo el Estado. Si esto no sucede, el PSOE no tendrá excusa para pactar con CIU, nacionalistas y de derechas, la “estabilidad” parlamentaria.
Los votantes de izquierdas o al menos con sentido de Estado federal solidario deben valorar qué pacto beneficia más a este sentido, si con IU o con CiU.
Una Izquierda Unida fuerte es necesaria para participar en la formación del futuro gobierno central y poder garantizar las políticas sociales que mejoren claramente la situación de las clases más necesitadas; para impedir que se rebajen impuestos que sólo afectan a las clases económicamente más fuertes; para defender la política intervencionista del estado manteniendo los servicios públicos que garantizan igualdad y justicia; para garantizar una subida digna en los salarios de los trabajadores y las pensiones que se equiparen a la media europea (1.100 € y 900 € respectivamente); para instar a una acción integral contra la siniestralidad laboral y una política industrial activa y sostenible medioambientalmente y fomentar la investigación a través de las instituciones estatales y no tanto mediante el mecenazgo privado.
IU ha sido decisiva en la aprobación de las leyes que reconocen o amplían derechos y que mejoran la calidad de vida de los ciudadanos. IU ha sido determinante en avances claramente progresistas de contenido social, ecologista y pacifista, como la Ley de Dependencia, la Ley de regulación de la subcontratación en la construcción, la Ley de Igualdad entre mujeres y hombres, la Ley del Suelo y la Ley de desarrollo sostenible del medio rural.
En la próxima legislatura IU es más necesaria y decisiva que nunca. Lo determinante va a ser si el PSOE gobierna con el nacionalismo de derechas de CiU, o hace una política de izquierdas con Izquierda Unida. Es IU quien garantiza una política de izquierdas. Además del blanco y el negro, del PSOE y del PP, existe el rojo y el verde de Izquierda Unida, que marca la diferencia a favor de la clase trabajadora.
Aún queda tiempo hasta el 9 de marzo para tener esto en cuenta.
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